En el mundo de hoy, los líderes son llamados a crecer, madurar y servir con humildad y determinación. Este es un llamado que va más allá de las habilidades, trata con las cuestiones del corazón y busca un ferviente compromiso a largo plazo. Principios sólidos pueden hacer la diferencia en cómo el carácter de los líderes es formado y en el establecimiento de un legado significativo.
El asunto más apremiante del liderazgo actual se refiere a la necesidad de tener líderes decididos y determinados; es decir, que puedan persistir hasta que la tarea sea alcanzada. Sin embargo, para lograr actuar con determinación, se requiere humildad.
Hay tres elementos claves que se correlacionan y funcionan juntos en la vida de los líderes, y que contribuyen a la formación de su carácter mientras la “determinación” toma lugar en el proceso. Estos elementos son Propósito, Pasión y Personas.
Propósito
Es importante saber hacia dónde uno va y porque va hacia allá. Las personas deben ser primero persuadidas por 2 cosas: Lo primero, es reconocer cual es la recompensa que espera tener al final del camino; esto proporciona un incentivo claro e inmediato. Muchas personas no saben porque hacen lo que hacen; y peor aún, lo hacen a conciencia. Lo segundo, es llegar a reconocer que hemos sido llamados a estar y mantenernos en una carrera en específico; esto proporciona enfoque. Es decir, es importante saber que estamos en el “estadio” correcto y que nuestras habilidades funcionan acorde con la disciplina en la que estamos participando.
Al tener claros estos dos puntos, el entusiasmo o la pasión serán obvios y contribuirán al cumplimiento de nuestro propósito en nuestra generación.
Pasión
El concepto de pasión podría comenzar refiriéndose a palabras como fervor, fuego y celo. Los ejecutivos con más poder transformativo poseen una mezcla paradójica de humildad personal y una intensa determinación profesional. Esta mezcla en ejecutivos da lugar en las organizaciones a:
- Éxito económico sostenido. Un dólar invertido en un fondo mutual de las compañías «verdaderamente excelentes» en 1965 vino a convertirse en $470 en el 2000-comparado a $56, el valor del mismo en las acciones del mercado en general.
- Esfuerzo consistente y a largo plazo que generó un empuje creciente (no ocurrió de la noche a la mañana, o a través de un gran salto).
- Alineación de gente disciplinada, pensamiento disciplinado y acciones disciplinadas.
- Fuerte determinación a alcanzar éxito en lo que saben hacer mejor.
- La habilidad de poder enfrentar la realidad y mantener simultáneamente absoluta fe en que los esfuerzos prevalecerán hasta el final.
Personas
El tercer elemento es de gran alcance y tiene que ver con un claro reconocimiento por parte del líder de que el propósito necesita ser logrado con la gente y a través de la gente. El liderazgo requiere, hoy más que nunca, una profunda comprensión del trabajo en equipo. El desafío más grande hacia la realización plena de este último elemento es una sociedad egocéntrica que ha estimulado a los líderes a que se enfoquen en su desarrollo personal, poniendo en peligro los intereses organizacionales. Se requiere humildad para dejar a un lado los intereses personales, y alinear todos los esfuerzos en ir tras un llamado que esté por encima del llamado a alcanzar la grandeza personal. Los verdaderos líderes deben fijar sus ojos en el horizonte, no solo en el “bottom-line” y entender así la necesidad de formar un equipo para alcanzar logros que estén mucho más allá de su propia capacidad.
Determinación en Acción
En pocas palabras, los líderes necesitan tener un propósito que logre en ellos una pasión que les permita alinear a las personas de manera adecuada y en la dirección correcta. Como resultado, los líderes lograrán el avance de las organizaciones y lograrán consolidar el apoyo a cada persona para que logre maximizar su destino.
En el mundo moderno de los negocios, una transformación de gran alcance es necesaria en el corazón de los líderes, de una forma de pensar egocéntrica a una forma de pensar totalmente dedicada a servir. Este cambio de paradigma, aunque percibido como de dimensiones sobrenaturales, se está estableciendo como un poderoso modelo de liderazgo, marcando una pauta visible y llamando la atención de un mundo inmerso en un “activismo diligente”.
Hoy más que nunca, las organizaciones dependen de la(s) persona(s) que esta(n) detrás de ellas dirigiéndolas. El éxito de cualquier emprendimiento o proyecto depende de la capacidad de la persona a cargo. Esta perspectiva impregna a diversas organizaciones incluyendo corporaciones, pymes y organizaciones sin fines de lucro.
El punto es que la cuestión más apremiante detrás del éxito organizacional recae sobre el liderazgo, y es generalmente la credibilidad de los líderes la que mantiene «funcionando» la maquinaria organizacional; pero más importante aún es que esta misma credibilidad es la que inspira a la gente a lograr cosas más allá de sus propias expectativas.
Los líderes de hoy requieren de una determinación “sobrenatural” para alcanzar apropiadamente la meta que les ha sido asignada. Un propósito claro en la vida del líder es la clave para alinear a la gente adecuada en la dirección correcta, para lograr avanzar organizaciones a un nuevo nivel, para impactar positivamente a esta generación y para dejar un legado digno.
Fuente: DeGerencia