Se considera que pertenecen a esta generación los nacidos a partir de los años ochenta. No les importa trabajar desde casa, no les interesa pertenecer a una empresa, se mueven por proyectos y han vivido siempre en la era digital.
Dicen los expertos que los conocidos como millennials son más individualistas, le dan un enorme peso a las causas sociales, al medio ambiente y a la conciliación de la vida familiar. Son generosos y les gusta trabajar en equipo porque creen en ellos.
Las compañías ya se preparan para atraer a este talento diferente, pero ¿cómo serán ellos cuando ejerzan como jefes? Dentro de una década comenzarán a tomar los puestos directivos. Querrán trabajar en entornos colaborativos y por proyectos, fuertemente orientados a resultados.
Pero no tal como los entendemos ahora. ¿Hasta qué punto será importante para ellos ganar dinero? Los millennials son conscientes de que el sistema crea cada vez más ricos y más pobres.
Quieren proyectos personales y desean poseer una marca personal por encima de la de la empresa. El reto es cómo engarzar nuestra cultura con lo que nos piden las nuevas generaciones. Hay que darles autonomía y facilitar equipos de trabajo multidisciplinares.
Estos jóvenes están más preparados para el cambio tecnológico, están permanentemente conectados y mantienen relaciones basadas en la diversidad, entendida como algo de mentalidad más que cultural o de país.
Les mueve el entusiasmo y la vinculación emocional, atributos que les hagan crecer. Los millennials llegan con otras demandas de trabajo. Los más brillantes solo se plantean emprender porque creen que las empresas no piensan en ellos y no quieren ligarse a ninguna compañía. Una independencia que tendrá consecuencias en las jerarquías.
Obviamente, la actitud de cada persona al frente de una empresa es algo individual, y difícilmente dejarán de existir los tiburones de los negocios, pero los especialistas marcan una tendencia global hacia compañías más sociales. Coincide con el pensamiento de gurús en marketing como Philip Kotler, que señala que al otro lado, los consumidores pedirán responsabilidad social a las firmas; y los productos y marcas favoritos serán aquellos que incorporen esa visión.
Se va a controlar más cómo se consiguen esos resultados. Esta generación será más capaz de enfrentarse al statu quo. Se muestran más creativos, más críticos y más acostumbrados a la incertidumbre y más preocupados por la sostenibilidad.
Obviamente el líder del futuro deberá tener “conocimientos técnicos” sobre finanzas, marketing, u otras áreas de la empresa, pero también visión estratégica y sentido de la responsabilidad, que incluya la integridad.
Ahora la estrategia de las empresas es ser totalmente digitales, dar la mejor experiencia digital al cliente. Hay que buscar un equilibrio entre lo que se es y lo que en el futuro se quiere ser. Se debe compaginar la estrategia actual con la gestión de los millennials, aquellos jóvenes que ya se están incorporando a las compañías.
Lo único cierto ahora en las empresas es la incertidumbre. Los escenarios son más inciertos y volátiles. El modelo de recursos humanos ha cambiado y debemos ver cómo gestionamos el nuevo talento, ofreciendo más flexibilidad y dando más responsabilidad.
Fuente: Cinco Días